La Chía, también conocida como Salvia Hispánica, data de tiempos prehispánicos, siendo originaria de México y América Central. Dada su importancia para los habitantes de la región de México en la antigüedad, la Chía fue el tercer alimento más importante, superado en popularidad sólo por el maíz y los frijoles.
Gracias a su alto contenido de fibra soluble, los granos de Chía facilitan el tránsito intestinal actuando como un laxante natural. También posee ciertas propiedades como protector de enfermedades tales como la diverticulosis, la constipación y en última instancia, el cáncer de colon.
Los granos de Chía contienen la siguiente composición nutricional: 20% de proteína vegetal, 25% fibra soluble y 30% aceite, entre otros nutrientes. En caso del aceite, 64% está conformado por ácidos grasos esenciales Omega 3 y Omega 6, ambos encargados de ayudar a mejorar nuestro metabolismo, y al mismo tiempo mantener los límites de nuestro colesterol y triglicéridos, lo cual resulta en un efecto cardio-protector. También, los granos de Chía son ricos en vitaminas B, fósforo, calcio, potasio, cobre, manganeso y zinc, conteniendo cantidades mínimas de sodio.